jueves, 29 de julio de 2010

¿Y ahora qué?

Te portaste como un imbécil, me enfadé y no quería saber nada de tí; deje de buscarte. A los dos días, te diste cuenta y me escribiste pidiéndome perdón, a tu manera, pero era un perdón. Te perdoné y me invitaste a cenar.

Y fui, fui a darme cuenta de nuevo que esto para tí es sólo una diversión. Reconozco que mi intención era ponerte a prueba y descubrir si quieres intentar que esto siga adelante, o sólo quieres entretenerte un rato.

Y todo para que posiblemente haya sido la última vez que esté entre tus brazos, que haya sido la última vez que no quepa una sola gota de aire entre nosotros.

¿Y ahora qué? ¿Qué hago ahora? Igual lo mejor es poner las cartas sobre la mesa y hablar claro sobre lo que cada uno busca. Pero yo no puedo seguir así, ¿sabes por qué? Porque me estoy enamorando de tí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario